Benín, un viaje a lo desconocido

Entre el 5 y el 20 de marzo permanecerá abierta en el campus de Cantoblanco de la Universidad Autónoma de Madrid la exposición Benín, un viaje a lo desconocido. Se trata de una recopilación de fotografías realizada por cuatro fotógrafos que han viajado a Benín en diferentes ocasiones. Manel Ballús Orriols, José Luis Fernández Liz, Noelia Fernández Olmos y Aurora Moreno Alcojor nos dan de su particular visión de la vida en este pequeño país africano, a través de las huellas que ha dejado en sus cámaras. Está en la Sala de Exposiciones de la Plaza Mayor del campus de Somosaguas, abierta en horario ininterrumpido de 12 a 17 horas. La muestra ya ha estado expuesta con anterioridad en la Universidad Carlos III de Madrid.

Los autores pretenden dar a conocer Benín e invitar a la reflexión sobre un país prácticamente desconocido en el mundo occidental, que encontrándose entre los más pobres del mundo, da una lección de humildad y sencillez a través de la historia que se esconde detrás de cada instantánea.

Destacan la gran acogida que han tenido durante sus viajes por el país así como la atención recibida durante su estancia en Benín, lo que les  ha permitido acercarse a la población, compartir sus sentimientos y crear una complicidad de la que se han impregnado sus fotos. Aunque es muy complicado reflejar con cada fotografía las sensaciones e impresiones que se han vivido al realizarla, esperan poder trasladarnos a miles de kilómetros y acercarnos un trocito de África.

Están convencidos de que África emociona y que un recorrido por este pequeño país es difícil que no deje una profunda marca. El contacto con una cultura tan distinta y el permanente contraste de una civi­lización tan sensiblemente distanciada de la nuestra no puede resultar indiferente a los ojos del observador. Según ellos, unos días en Benín pueden convertirse en un interesante diario de reflexiones y en una magnífica ocasión para poner en cuestión los parámetros por los que nos regimos diariamente y que dan sentido a nuestras vidas. Benín puede despertar conciencias y hacernos evidentes cosas de las que difícilmente nos perca­tamos. Benín siempre nos espera.